porque de vez en cuando, creo
un viejo niño de pantalones cortos y remerita rayada
de vivos colores, me habita, y creo
porque en días así es necesario
creer y permitirle a los niños
regresar
como quien regresa de un largo
y antiguo viaje
trayendo pequeños y sencillos regalos
el niño, con sus viejas zapatillas acordonadas,
nada sabe
de lo que saben los niños de hoy,
el niño trae cositas en sus pequeños bolsillos:
bolitas cachadas, alguna figurita antigua y descolorida,
moneditas sin valor,
mariposas con sus alitas deshilachadas,
rueditas sueltas de algún autito perdido,
piedritas y caracoles
juntados en algún arroyo del litoral ancestral,
papeles arrugados de caramelos,
boletos capicúa, y nada...
y esa nada que uno decía respondiendo
cuando nos preguntaban:
"¿Qué estás haciendo?"
esa nada eterna que duraban
aquellos partidos de fútbol
en el terreno baldío
o esa obra en construcción que a ese niño
se le antojaba ser una nave espacial
o castillo
o barco pirata...
y por todo esto y por tanto más
CREO
porque creo en las eternas tazas
de nesquik o café con leche
de tantas meriendas con dibujitos a la tarde
con galletitas, con pan y manteca y azúcar
mmmmmmm...
en eso creo, porque no está mal creer
en el viejo niño
que nunca creció y permanece
para guardar nuestros tesoros por siempre.
Esta tarde creo
esta tarde es cuando
de vez en cuando creo
y le permito a ese niño
habitarme.
24/02/2014
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