domingo, 27 de marzo de 2011

palabras de madrugada

Escucho el tren y el fresco de la madrugada se cuela por la ventana abierta, que también me trae otros sonidos que amanecen conmigo…
El verano ya se ha ido, el almanaque no se equivoca, sé que todavía el sol puede dejarnos jugar cinco minutos más en la plaza, pero solamente eso. Cinco minutos más.
Todos sabemos que una calesita gira en un solo sentido…
También sabemos que la vida a veces viene marcada por los papelitos de los caramelos que desenvolvemos, no siempre es el que nos gusta.
Mi taza fría de café no me ayuda esta noche, no me acompaña, me siento solo con mis pensamientos.
Mis dedos, duros, extraños, ajenos parecieran no reconocerme esta noche; a veces me sucede que pretendo escribir con la mano de otro, con la mirada de otro y por eso no reconozco ni mi propia letra.
También mis ojos hace algún tiempo decidieron empañarse
cual ventana húmeda, nublan lo que miro
y algunas imágenes cuestan un poco más
y también cuestan un poco más las palabras
pero es un costo que pago con gusto.

Buenas noches y bienvenidos a mis poemas, nada les prometo
apenas algunos intentos, algunas equivocaciones
muchos errores seguramente…
mi pretensión no es lo perfecto, claro que no
solo pretendo detenerte al menos un minuto.
Si lo consigo, me sentiré bien.
Si no, continuaré una noche más en este lugar.